martes, 18 de febrero de 2014

Por una Venezuela sin autoflagelación

Todo este rollo psicológico es muy duro. Latinoamérica es "un pueblo sin piernas pero que camina" y el militarismo nos ha jodido incontables veces, porque nos ha enseñado a amar una raíz más que al árbol completo. La desigualdad genera odio, y los dirigentes no hacen más que cultivarlo para poder tener electores en papel. Pero nuestras vidas no son solo lo que cupo en el obituario del periódico. Somos más que un número atrapado dentro una caja. Y nos quisieron vender que el "calor latinoamericano" debe justificar el masoquismo y el sufrimiento que conlleva. Nos han hecho odiarnos y dividirnos, hasta convertir en ídolos las distintas personalidades; la bala es solo consecuencia del desprecio que nos han infundido. Nos han enseñado a repudiar la riqueza del otro cuando la vemos, en vez de verla para asegurarnos de que es suficiente.
No obstante, nos hicieron apasionados. Esta carga histórica que nos hizo militantes de una causa, también nos dio la propiedad y el valor para amar. Es solo cuestión de comprender lo que significa amar a la patria, porque una nación somos todos. Una nación es la gente. ¿Qué es amar a la patria? Es amar al otro. Y entonces, quizás, si los venezolanos aprendemos a amarnos (tanto nosotros mismos como a nuestros conciudadanos) podremos finalmente tener una verdadera nación. Un país que no se autoflagele. Un solo amor que conquiste todas las cosas, una Venezuela que ostente su bandera para gritar libertad.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Por una Venezuela sin autoflagelación

martes, 18 de febrero de 2014 ·

Todo este rollo psicológico es muy duro. Latinoamérica es "un pueblo sin piernas pero que camina" y el militarismo nos ha jodido incontables veces, porque nos ha enseñado a amar una raíz más que al árbol completo. La desigualdad genera odio, y los dirigentes no hacen más que cultivarlo para poder tener electores en papel. Pero nuestras vidas no son solo lo que cupo en el obituario del periódico. Somos más que un número atrapado dentro una caja. Y nos quisieron vender que el "calor latinoamericano" debe justificar el masoquismo y el sufrimiento que conlleva. Nos han hecho odiarnos y dividirnos, hasta convertir en ídolos las distintas personalidades; la bala es solo consecuencia del desprecio que nos han infundido. Nos han enseñado a repudiar la riqueza del otro cuando la vemos, en vez de verla para asegurarnos de que es suficiente.
No obstante, nos hicieron apasionados. Esta carga histórica que nos hizo militantes de una causa, también nos dio la propiedad y el valor para amar. Es solo cuestión de comprender lo que significa amar a la patria, porque una nación somos todos. Una nación es la gente. ¿Qué es amar a la patria? Es amar al otro. Y entonces, quizás, si los venezolanos aprendemos a amarnos (tanto nosotros mismos como a nuestros conciudadanos) podremos finalmente tener una verdadera nación. Un país que no se autoflagele. Un solo amor que conquiste todas las cosas, una Venezuela que ostente su bandera para gritar libertad.

0 comentarios: